Encuentro
Siempre he pensado que mi abuela era extraña. Cada vez que me quedaba en su casa de pequeña, se podía sentir el ambiente triste y melancólico.
Lo que más me dejó... ¿impresionada? ¿inquieta? y me "sacudió el piso", por así decirlo, fue lo que pasó esa semana que mi madre viajó por trabajo. No había otra opción más que quedarme con la abuelita. Ella vivía en el campo. Y bueno, ya te imaginarás las cosas que pasaban ahí, literalmente de todo.
Mamita, como le decíamos los nietos, vivía sola en una pequeña casa rodeada de chacras, granjas, de animales, de árboles y montañas, de pura naturaleza. Desde la ventana de la sala podías ver lo que quedaba de un nevado. Ahora que lo pienso, vivía la gran vida, imagina vivir solo en el campo, ¡quién pudiera descansar de todo esto, las clases, los proyectos, las amanecidas en casas de los amigos! ¡Ya no quiero nada!
En fin, yo me estaba quedando en uno de los cuartos que había; creo que antes era el taller del abuelo, pero mi madre lo había amoblado como un cuarto de huéspedes para quedarnos de visita.
Lo peor de esa semana fue que no pude dormir bien desde la primera noche. No era que tuviera pesadillas o parálisis de sueño, tampoco era el clima, estaba fresco en ese tiempo. Solo... no podía dormir, y a la mañana siguiente estaba como un zombie, mis ojeras eran más feas que las tuyas.
Así pasé dos noches seguidas, hasta que en la tercera noche decidí salir de la casa a pasear, tal vez así me cansaría y por fin me daría sueño. ¿Pero sabes qué? No pude ni llegar a la puerta de mi habitación. Al pararme y tomar un abrigo, escuché voces que provenían de afuera de mi ventana. La curiosidad me ganaba, era una niña curiosa, ¡así que ahí estaba yo!, misma protagonista de una película de misterio. Por suerte la ventana estaba tapada con una cortina, y por una rendijita pude ver 2 figuras en la puerta de la casa. Para esto, ¿qué hora habrían sido? ¿La 1? ¿Las 2? Era muy, muy, muy tarde. Lo que vi no me llamó mucho la atención, porque solo era la abuela hablando con una muchacha que se veía de nuestra edad de ahora, 21 o 22 aproximadamente. Mamita le estaba entregando una especie de paquete envuelto en papel periódico. "Bah ¡qué aburrido!" pensé. No sé lo que esperaba la verdad, probablemente una procesión de espantos y ánimas, pero bueno, me regresé a la cama.
— Yo no veo nada de impresionante en esa historia, Laila.
— Espérate, pe. Aguantado.
En la cuarta noche decidí pasear más temprano, ¿medianoche podría ser? Creo que sí. Esta vez sí llegué a salir, y la abuela ya se había acostado. Afuera, obviamente, estaba todo oscuro y según yo solo daría una vuelta y regresaría antes de la 1, llevé un reloj para no pasarme de la hora.
¿Tú sabes lo que es pasear por un campo a medianoche? ¡No, no lo sabes, nunca has salido de la capital! ¡Tenemos que ir alguna vez! Cuando estés de novio con tu "Maestrito" vamos los 3 y me pagan el pasaje.
El cielo es lo más increíble, esa noche el cielo estaba despejado así que pude ver un mar de estrellas en el cielo, constelaciones, algunos aviones que pasaban por ahí e incluso estoy segura de que pude ver planetas escondidos en ese enorme cielo oscuro. Fue tan hermoso...
Después de unos metros de caminata, me encontré con un conejo marrón enorme y salvaje, y como toda niña ilusa quería tocarlo, pero el conejo salió saltando alejándose de mí. Yo, una niña loca, salí corriendo tras él. El conejo se metió en el pequeño bosque que estaba cerca de la casa, ahí la abuela recolectaba fruta así que no podría perderme, me sabía el lugar de memoria.
Nunca encontré el conejo, pero me encontré con algo que nunca en tu corta vida de triste estudiante de diseño gráfico habías visto jamás.
Me encontré con una especie de vehículo, no era ni un avión, ni un helicóptero, ni un jet, esas vainas son grandes, esta cosa era una nave pequeña, donde solo cabían 2 personas, estaba hecha de algún metal azul por los lados y casi toda la parte de adelante parecía ser de cristal y pude ver dos asientos dentro y como una mesa delante con muchos botones y palancas. Yo no sabía cómo reaccionar, peor aún porque tenía a la piloto sentada delante mío.
La chica de la noche anterior estaba frente a mí, y en ese momento pude ver sus rasgos con más detalle. Su rostro era fino, tenía una tez amarillenta. Su cabello, corto y de un tono verde peculiar. Sus ojos eran de un misterioso fucsia, y noté que tenía una marca en cada mejilla, también en tonos fucsias, esas marcas se prendían como luces de navidad. Vestía una camiseta corta, shorts blancos y unas zapatillas llamativas.
La muchacha estaba concentrada mirando una especie de cápsula que tenía en sus manos, parecía tener cables conectados a su nave.
Tragué saliva, te juro que no sabía qué hacer, lo que dijo me dejó helada.
— ¿Extraer algo hoy? ¿Tuviste algún inconveniente?
— ¿Extraer? — Dije con la voz ahogada.
La chica levantó la mirada, estaba serena, no parecía sobresaltada.
— ¡Oh! ¿Tú eres Laila?
Cuando dijo mi nombre, la chica se puso de pie y apartó el objeto extraño. Se empezó a acercar.
— Mamita me contó sobre ti. ¡Te quería conocer desde hace tiempo!
Ahí es cuando me mandé una corrida hasta la casa. Esa noche ¡peor! no pude dormí nada.
Me asusté feo al final 😭😭
La abuela era un alien? 👽 Auxilio, exijo continuación aaaaasaa
La útima parteeee weeee 😥😥. Esta wuenazooo!!!!!, esperaré la continuación uwuuwuwuwu😘